“El único antídoto para la muerte es la memoria, por eso no los olvides”.
La celebración del día de muertos en un evento que se celebra en todo México, pero para algunos pueblos representa la fiesta religiosa más grande del año.
Se traduce en un día de gozo y regocijo, donde todos están contentos de recibir a aquellos que ya no están en cuerpo presente. La alegría del día de muertos es el compartir, reír, recordar con la familia a aquellos que ya no están.
Para los mexicanos el celebrar el día de muertos es demostrar a los que ya no están aquí que los seguimos recordando. Tradicionalmente se levanta un altar o se visita su tumba.
¿Cómo armar el altar para mi ser querido?
Los altares se elaboran en niveles que representan los portales que un muerto debe cruzar para llegar a la tierra.
La manera correcta de acomodar el altar es; en la parte baja siempre va la fruta, en la parte de en medio las comidas y bebidas favoritas, en la parte de arriba las imágenes religiosas y las fotos de los recordados. Las calaveritas de azúcar representan a los difuntos que recordamos con mucho cariño, pero de los cuales no tenemos foto.
El ofrecer comida a los difuntos es una muestra de gratitud, pues compartimos con ellos la abundancia del presente y es una forma de devolver un poco de lo que ellos compartieron en su momento con nosotros.
El altar tiene muchos colores y olores este se adorna principalmente con flor de cempaxúchitl, pues esta flor tiene un significado simbólico, al ser una flor amarilla ilumina el camino de los muertos y es un portal al mundo de los vivos.
Se dice que una vez pasado el día de muertos, los alimentos pierden el sabor y el olor, esto es una muestra de que ellos nos visitaron y disfrutaron de la ofrenda.